La vida es sueño
Calderón de la Barca
Datos de autor:
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero
de 1600 - ibídem, 25 de mayo de 1681) fue un escritor barroco español del Siglo
de Oro, fundamentalmente conocido por su teatro. Caballero de la Orden de
Santiago.
Sus obras y contexto histórico:
Los investigadores literarios de
la obra de Calderón de la Barca afirman, basándose en un comentario de Lope de
Vega, que “La vida es sueño” pudo ser escrita entre los años 1627 y 1629. La
razón de que no se publicara hasta 1636 obedece a que hasta el año 1635 no se
levantaría la prohibición real de imprimir comedias en Castilla. Es en este año
de 1636 cuando aparece publicada la obra "Primera parte de comedias de Don
Pedro Calderón de la Barca escogidas por Don Joseph Calderón, su hermano".
“La vida es sueño” fue escrita,
por tanto, durante el reinado de Felipe IV, perteneciente a la casa real de los
Austrias (o de Habsburgo), ejerciendo el gobierno efectivo su valido, el
Conde-Duque de Olivares. España entonces mantiene guerras en Flandes y otras
posesiones europeas contra Inglaterra y Francia y está perdiendo gran parte del
poderío territorial heredado de Carlos I o de Felipe II.
En ese contexto histórico de
frentes bélicos y decadencia del Imperio español, de inmovilismo social, de
vuelta a una religiosidad tenebrista, de bancarrota de la Corona, asistimos al
nacimiento del Arte Barroco, un movimiento artístico deslumbrante que trastoca
lo racional, lo sencillo y lo clásico del Renacimiento en un gusto por lo
desmesurado, lo artificioso y lo recargado. En el plano literario el Barroco en
España fue encarnado por figuras de la talla de Francisco de Quevedo, Luis de
Góngora, Sor Juana Inés de la Cruz, Lope de Vega, Tirso de Molina, Ruiz de
Alarcón o el propio Calderón de la Barca.
En lo que respecta al Teatro
Barroco español, a principios del siglo XVII nacen los "Corrales de
Comedias", o teatros a pie de calle, lo que supone un auge del drama y de
los autores teatrales, muy apreciados en este contexto. Estos Corrales de
Comedias tenían un carácter muy popular y eran en realidad patios interiores de
casas donde se representaban comedias, entremeses o piezas cortas que se
escenificaban entre actos de una comedia o drama más largos, y autos
sacramentales, o pequeñas piezas dramáticas de carácter religioso que
enfatizaban el sacramento de la Eucaristía. Por otra parte, en 1609, cuando
Calderón de la Barca apenas tenía 9 años, Lope de Vega escribe un ensayo
titulado "Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo" en el cuál va
a fijar las líneas directrices que van a regir en el Teatro barroco español del
siglo de Oro y que podemos resumir en las siguientes características,
trasladables también a “La vida es sueño”:
- Tiene una finalidad de
entretenimiento.
- Confirma la regla de las tres
unidades: unidad de acción, unidad de lugar y unidad de tiempo, aunque no la
sigue a rajatabla.
- División del drama en tres
actos o escenas (o jornadas), respondiendo al esquema planteamiento, nudo y
desenlace
- El uso de la métrica: es un
teatro en verso.
- El lenguaje ha de ser cuidado y
decoroso, pero profuso en el uso de metáforas y otras figuras retóricas.
- Los temas principales van a ser
la honra y el amor, tocando a veces el tema satírico. Esta obra, La vida es
sueño, tiene una temática filosófica: la libertad del hombre o la
predestinación divina.
Su trayectoria y estilo:
Según el recuento que él mismo
hizo el año de su muerte, su producción consta de ciento diez comedias y
ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Como todo
coetáneo suyo, Calderón no podía por menos que partir de las pautas dramáticas
establecidas por Lope de Vega. Pero su obra, ya plenamente barroca, tal vez
alcance mayor grado de perfección técnica y formal que la de Lope. De estilo
más sobrio, Calderón pone en juego menor número de personajes y los centra en
torno al protagonista, de manera que la obra tiene un centro de gravedad claro,
un eje en torno al cual giran todos los elementos secundarios, lo que refuerza
la intensidad dramática.
A. Valbuena ha señalado que en su
estilo cabe distinguir dos registros. El primero consiste en reordenar y
condensar lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica y en estilizar las
notas de su realismo costumbrista. Así, reelabora temas originales de Lope en
varias de sus obras maestras.
En ellas aparece una rica galería
de personajes representativos de su tiempo y de su condición social, todos los
cuales tienen en común un tema del siglo: el honor, el patrimonio del alma
enfrentado a la justicia de los hombres, caso de El alcalde de Zalamea, o las
pasiones amorosas que ciegan el alma, cuestión que aborda en El mayor monstruo,
los celos o en El médico de su honra.
Pero no es ése, desde luego, el
principal motivo de su obra. En su segundo registro, el dramaturgo inventa, más
allá del repertorio caballeresco, una forma poético-simbólica desconocida antes
de él y que configura un teatro esencialmente lírico, cuyos personajes se
elevan hacia lo simbólico y lo espiritual. Calderón destaca sobre todo como
creador de esos personajes barrocos, íntimamente desequilibrados por una pasión
trágica, que aparecen en El mágico prodigioso o La devoción de la cruz. Su
personaje más universal es el desgarrado Segismundo de La vida es sueño,
considerada como la cumbre del teatro calderoniano.
Esta obra, paradigma del género
de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales
de su época: el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante
las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un
simple sueño y, en fin, la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede
todavía hacer el bien.
Con él adquirieron así mismo
especial relevancia la escenografía -lo que él llamaba «maneras de apariencia»-
y la música. La carpintería teatral se convirtió en un elemento clave en la
composición de sus obras y el concepto de escena se vio revalorizado de una
manera general, en la línea del teatro barroco. En cuanto a su lenguaje, se
puede considerar que es la culminación teatral del culteranismo. Su riqueza
expresiva y sus complejas metáforas provienen de un cierto conceptismo
intelectual, acorde con el temperamento meditabundo propio de sus personajes de
ficción.
La vida es sueño
Resumen de la obra
Basilio, rey de Polonia, aficionado a la
astrología, consulta a los astros sobre el destino de su hijo Segismundo, que
acaba de nacer. Los astros predicen que el príncipe humillara a su padre y
oprimirá a su pueblo.
Para evitar el cumplimiento de este mal
presagio, basilio decide encerrar a su hijo en una torre solitaria, situada en
un lugar salvaje y escondido.
Segismundo crece prisionero e ignorante de su
condición de heredero de un trono, pero un di a el rey duda y se pregunta si
los astros habrían tenido razón.
Entonces ordena trasladar a palacio a
Segismundo. El príncipe se comportas como los astros habían predicho: ofende,
atropella y mata: y como consecuencia de ello es devuelto a la torre.
El pueblo se levanta en armas y lo libera.
Cuando Segismundo vuelve a la corte para ocupar
su trono, se comporta como un gobernador prudente y justiciero.
De esta manera queda vencido el destino y se
proclama el triunfo de la libertad que permite al hombre elegir entre el bien y
el mal.
La obra cuenta con el soliloquio
más famoso del drama español; ocurre al final del primer acto, cuando Segismundo piensa en la vida y en su suerte:
Sueña el rey que es
rey, y vive
con este engaño
mandando,
disponiendo y
gobernando;
y este aplauso, que
recibe
prestado, en el viento
escribe,
y en cenizas le
convierte
la muerte, ¡desdicha
fuerte!
¿Que hay quien
intente reinar,
viendo que ha de
despertar
en el sueño de la
muerte?
Sueña el rico en su
riqueza,
que más cuidados le
ofrece;
sueña el pobre que
padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar
empieza,
sueña el que afana y
pretende,
sueña el que agravia
y ofende,
y en el mundo, en
conclusión,
todos sueñan lo que
son,
aunque ninguno lo
entiende.
Yo sueño que estoy
aquí
destas prisiones
cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un
frenesí.
¿Qué es la vida? Una
ilusión,
una sombra, una
ficción,
y el mayor bien es
pequeño:
que toda la vida es
sueño,
y los sueños, sueños
son.
Análisis de la obra “La vida es un sueño”
La vida es sueño es una obra de
Pedro de Calderón de la Barca que se incluye dentro del género literario del
Teatro. En concreto es un drama, cuya estructura consta de tres jornadas o
actos no titulados y que están divididos en escenas de la siguiente manera: el acto
I, consta de 8 escenas, el acto II tiene 19 escenas y el acto III y último suma
14 escenas.
La vida es sueño se ajusta, en
general a las reglas generales establecidas por Lope de Vega para el arte de
hacer comedias del siglo XVII: lenguaje acendrado y cuidado, utilización del
verso (en variación de estrofas), hay un paralelismo de tramas, donde una de
las temáticas, no la principal en este caso, tiene que ver con la honra, uno de
los preferidos por los autores de la época.
Concretamente se ha dicho que “La
vida es sueño” es un drama filosófico pues su trama principal abunda en la
libertad, en el más puro sentido volitivo, de la voluntad. Así surge una contraposición
de personajes alegóricos: Segismundo es la alegoría de la voluntad humana, del
libre albedrío que acabará imponiéndose a los inalterables designios de los
astros; por su parte Basilio, es la encarnación de las teorías que abundan en
el fatuum, en el destino ya escrito, inmodificable e irresoluble para el
hombre.
Pero, además, subyace a través
del personaje de Segismundo la idea de "peregrinatio vitae", una
peregrinación o viaje vital del protagonista que se descubre a sí mismo y al
mundo que lo rodea, emergiendo de un mundo de oscuridad e ignorancia, y que
descubre que las realidades y los sueños están construidos del mismo material,
llegando a la conclusión de que los momentos de dicha hay que disfrutarlos al
máximo, esencia de la máxima renacentista del carpe diem tan frecuentada por
Garcilaso de la Vega.
Mucho se ha comparado la estancia
de Segismundo en su prisión así como su posterior liberación y encumbramiento
con el Mito de la caverna de Platón. De hecho se considera a esta explicación
mitológica del libro platónico de La República una de las influencias en el
texto de La vida es sueño. También se ha observado en el devenir de Segismundo
desde la oscuridad a la luz la influencia de los poetas ascéticos del siglo
XVI, entre los que destacó Fray Luis de León.
Por otra parte, dentro de la
dualidad de tramas que plantea la obra, hay un argumento accesorio del
filosófico principal, hecho para el disfrute del público, que es la honra de
Rosaura, mezclado con el amor entre ésta y Astolfo. En este sentido, también
Rosaura emprende una "peregrinatio vitae" ya que parte de una etapa
de caos y de falta de integridad a otra, el final feliz, donde no sólo repone
el honor perdido sino que además logra encontrar la dicha amorosa al lado de
Astolfo.
La vida es sueño es el fruto de
una época situada entre el fin del siglo de Oro de la literatura española el
principio del “Racionalismo ilustrado”: Segismundo duda de la existencia real
del mundo unos años antes de las dudas metafísicas de Descartes y de la frase
"Pienso, luego existo" plasmada en su “Discurso del método”.
El lenguaje de “La vida es sueño”
se ajusta en el verso del barroco, siendo más bien un habla de carácter culto
aunque no excesivamente difícil y cayendo en el tono popular con notas de
comicidad cuando interviene el personaje de Clarín, que supone un desahogo para
el espectador en el transcurso de las dos tramas más serias de “La vida es
sueño”. Este verso en ningún momento prescinde de la rima y alterna seis clases
de estrofa: romance, redondillas, silvas, décimas, quintas y octavas reales.
Las figuras retóricas más utilizadas son la metáfora, el hipérbaton, la
paradoja, la hipérbole o exageración, las preguntas retóricas y las
comparaciones alegóricas. En “La vida es sueño” tiene más importancia la
elocuencia de los personajes que el diálogo vivo y rápido entre varios
caracteres.
Conclusión:
Definitivamente, “La vida es
sueño” no solo representa una obra bien instrumentada, sino un mensaje que
llega a representar las convicciones y cuestionamientos de la época. Una
historia muy interesante que hasta el mismo Platón, por contenido importante,
le hubiera gustado leer.
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